miércoles, 3 de junio de 2009

Aquel Hollywood putrefacto

Madre mía debería darme vergüenza estar tanto tiempo sin actualizar mi pequeño y joven blog…


En fin, allá voy. El tema es el cine, quiero que hablemos de clásicos. Anoche me empeñé en ver películas porque tanto enganche a las series “yonkis” no puede ser bueno. Seamos yonkis sin reparo, pero esta semana toca celuloide.


No sé si os sonará un tal Robert Aldrich y dos leonas de aquel Hollywood de oro (el descrito y despedazado en Hollywood Babilonia) llamadas Bette Davis y Joan Crawford. Menudas eran ellas, y así mismo lo demostraron en algunas de las interpretaciones para Aldrich. Me dio por seguir la recomendación del cinéfilo Sergio que me grabó un dvd con muy buena pinta y quise comprobar si verdaderamente Bette Davis daba tanto miedo. Comprobado. Lo que empezó siendo una noche perezosa en la que me costó sentarme frente a la pantalla para visionar blanco y negro, se convirtió en un auténtico suspense y temor a las artimañas de Baby Jane y los trastornos de la “dulce” Charlotte.


Ambos son los personajes de la Davis en dos de las películas de Robert Aldrich. Una es ‘¿Qué fue de Baby Jane?’ (1962)y la otra ‘Canción de cuna para un cadáver’(1964). Por cierto que obviamente en una de las dos el título tenía que sufrir las incomprensibles traducciones al español. El segundo filme al que hago referencia se titula originalmente en inglés ‘Hush…Hush Sweet Charlotte’.


Las dos películas tienen algo en común y es que las historias, aunque diferentes, se basan en un continuo engaño al espectador muy bien jugado por las protagonistas, grandes musas de la industria americana en la era dorada del cine. El argumento de Baby Jane es sin duda un fiel reflejo de lo que muchos actores sufrieron en aquellos años dorados, un meteórico ascenso en el mundo del espectáculo para derrumbarse en picado y perder la cabeza al caer en el olvido. La pequeña Baby Jane se convierte en una precoz artista del teatro mimada por el público y su familia. A la sombra está Blanche Hudson, la hermana mayor interpretada por la Crawford, que con el paso de los años verá cómo se invierten los papeles. Jane pasará a la historia de la manera más vulgar, mientras que Blanche se convierte en una valorada actriz de cine, aclamada por críticos y espectadores. En pocas secuencias comienzan el drama y la sumisión de Blanche ante la malvada Jane, rencorosa y llena de ira por un triunfo que considera robado.

Y en ‘Canción de cuna para un cadáver’ la conocida como “reina de Hollywood” se mete en la piel de la tristemente atormentada Charlotte. Ésta se pasa las noches en vela y al piano, recordando la canción que un antiguo amor le dedicó. Este filme es todo un thriller lleno de misterios y fantasmas, pero la verdad es que en conjunto las dos películas resultan terroríficas. Creo que todo este ambiente siniestro también tiene mucho que ver con el peso de las actrices y lo que mas arriba mencionaba sobre la decadencia hollywoodiense. Billy Wilder ya lo había contado muy bien en una de sus numerosas magnificencias cinematográficas, ‘El crepúsculo de los dioses’. Fue en el año 1950 cuando Wilder creó el inquietante personaje de Norma Desmond, aquella vieja gloria del cine mudo traumatizada de la misma manera que Baby Jane, estrellas de capa caída que no aceptan que sus días de fama ya han terminado. Como digo, la de Wilder es también una de las películas imprescindibles, pero bueno, qué voy a decir yo de este genio del mundo del cine. Hasta ahora cualquier cinta de Wilder me ha hecho disfrutar como nadie.


En su momento me leí los dos tomos de ‘Hollywood Babilonia’ para conocer el mundillo y salvo algún detalle curioso todo lo que Anger escribió me parece un montón de cotilleo despiadado y lleno de tanta malicia que él mismo se pone a la “altura” de esos monstruos hollywoodienses a los que él mismo repugna. Pienso en todo lo que leía en las líneas de este libro y no puedo evitar pensar en toda la basura televisiva que hoy nos tragamos si nos ponemos frente al televisor. Claro que hay una abismal diferencia entre los mediocres que hoy copan los platós de televisión y las extravagantes estrellas del cine americano, que además de escándalos nos dejaron un sinfín de clásicos y momentos inolvidables. Aquí mismo os pongo el link al tráiler de ‘Canción de cuna para un cadáver’. Disfrutadlo y si no habéis visto ninguna de las tres películas que he mencionado, dedicadle una tarde a estas joyitas de los años 50 y 60.


2 comentarios:

  1. No puedo comentar mucho sobre estas supuestas grandes actrices. Ya de entrada la estética que las caracteriza me parece horrorosa, así como sus gestos, diría que pertenecen al fin de una época, sobretodo si las comparas con la gran Catherine Deneuve, también de los 60's, pero ya con una estética y un tipo de belleza no tan clásico. Volviendo al tema principal el año pasado intenté ver "Eva al desnudo", de Bette Davis, y creo que aguanté 10 min. antes de darle al stop.. soporífera. Y sobre J.Crawford puedo decir menos aun, no he visto ninguna película suya.
    El crepúsculo de los dioses si la pude ver, y me encantó porque Wilder se "mofa" del patétismo de la época, representado por actrices que se creían diosas, eso es exactamente lo que veo en el rostro de las dos actrices que citas, por eso no las aguanto.
    El verdadero "Dios" de esa época fue Marlon Brandon, y no hay diosa que le llegue a la suela de los zapatos, y no es por ser machista.

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  2. Desde luego que no hay por qué comparar a Catherine Deneuve con las trastronadas de Hollywood. Ella ha trabajado con muchos cineastas europeos y creo que no se ha movido tanto por las "cloacas" de la industria. Además pertenece a otra generación.
    No te disculpes por destacar a Marlon Brando. Ya que lo dices yo también mencionaría a Paul Newman y Robert Redford. Todos has tenido o tienen carreras envidiables en el mundo del cine

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